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White·Devil: No entiendo a mis contemporáneos. No entiendo a mis semejantes...

18.7.10

Un destino traicionero.



No sé por qué lo hice. Decidí dejarlo todo por ti.
Me fui, sin hacer ruido. Sin avisar. Hice una maleta con los básico y me fui, decidida a comenzar la nueva vida de la que tanto me habías hablado.

Cogí el primer vuelo a Nueva York y vi encogerse el mundo a medida que volaba. Pensé en ti. En cómo sería. Quizás incómodo. Quizás estabas con otra. Pero alomejor estabas solo. Y me veías, corrías hacia mí y me abrazabas.

Una vez en Nueva York busqué tu calle. Tu casa. Tu trabajo. Pregunté por tu nombre. Por tu vocación. Te busqué en tu barrio. Pero eras un fantasma. Nadie parecía saber nada de ti. Nadie te recordaba. Nadie te conocía.

Al pasar desesperada un portón de madera, una señora mayor me habló con un español perfecto y cierto acento mejicano.

-¿Buscas amor, quizás?
-Se podría decir...- respondí en un hilo de voz.
-Nena, ven con la abuela Lluc, quizás pueda ayudarte. ¿Quién es el afortunado?
-Daan, se llama Daan.
-¿Daan? Bonito nombre. Un muchacho muy gentil y amable. Siempre ayuda a esta vieja a sentarse y cruzar la calle- dijo con una sonrisa- Pero no está. Se fue ayer, me dijo, a buscar a una chica, lejos, muy lejos de aquí. Me habló con una sonrisa preciosa, tan feliz como nunca le había visto. Entonces comprendí la suerte que tiene dicha chica. Y, curiosamente, hoy la chica ha venido a buscarle. El destino es traicionero.
-Ha... ha ido... Ha ido a buscarme... Daan me sigue queriendo. ¡¡Daan me quiere!!

Recogí mis cosas a gran velocidad y fui corriendo hasta el aeropuerto para coger el primer vuelo directo a Madrid. Daan... Daan me estaría esperando.

KFU

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