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White·Devil: No entiendo a mis contemporáneos. No entiendo a mis semejantes...

30.3.11

La típica chica atípica.



Le devolvió la sonrisa a su reflejo en el agua, mientras movía los pies y los peces huían de sus salpicaduras. Era, como ya sabrás, la típica chica que se asustaba con Scooby Doo, que adoraba las galletas y el chocolate, y le volvían loca las tardes de picnic y agua cristalina en el río del parque. La típica chica que llamaría a su gato Sargento Botas Peludas. La típica chica que se subía a los árboles, y cantaba canciones de Disney sabiendo que para ti, ella era una princesa. La típica chica que se metía con ropa en el agua y después se quejaba de haberse mojado. Y se reía de ti por no querer mojarte aquellas tardes de invierno. La típica chica que cuando estabas dormido tumbado en la hierba, venía empapada y te daba un abrazo que congelaba tus huesos. Y que le encantaba enfadarte y hacerte correr tras suya. Y tentarte hasta que al final caías al río. La típica chica a quien le encantaba cómo tu sonrisa se hacía un hueco entre el agua de tus mejillas.

La típica chica atípica que te encuentra y te cambia el rumbo.
Que te enseña a vivir.
Así era Lilith.
Aunque ya lo sabes, prefiere que la llames Lee.

KFU

6.3.11

Todo.



Vive esperando un momento. Siempre esperando un momento. Sola en la noche, mira al cielo. Y le echa de menos. Derrumba la agonía empapando en canciones sus dulces palabras. Y recordando cada gesto y movimiento. Ella le espera. Y se pregunta si tal vez mañana. Si mañana cambiará la espera por bonitas baladas al oído, y por susurros que congelan la piel. Si mañana el viento le traerá a su lado hasta rozarse los huesos. Y aleja la pesadilla buscando entre las estrellas un hueco para él, y ella. "Quiero fundirme en tu fuego como si fuese de cera." Y desea hacer la maleta y vagar entre andenes y estaciones. Y caminar por las autopistas buscándote entre la noche. Gritarle a la lluvia que cada día que pasa crece más su desesperación, pero cada vez le siente más cerca. Y cada vez queda menos. "¡Porque por lentos que sean los pasos de tus agujas, cada vez le acercas más a mí!"

Quiero decirte que lo eres todo.
Todo.

KFU

2.3.11

Desesperación hecha palabras.

A veces me pregunto qué es la pena. Qué es el dolor. Qué es llorar hasta quemarse el alma, aun habiéndolo ya conocido. Porque las largas agonías escondidas tras la piel duelen más que el maltrato físico que pueda dañarte. Un sentimiento que empieza en el pecho, oprimiéndote el aire e impidiéndote respirar, cuando entonces un escalofrío recorre de punta a punta tu cuerpo y a medida que las lágrimas comienzan a resbalar por tus mejillas, comprendes que algo no va bien. Que toda una vida luchando por un sueño, un segundo, un pensamiento, buscando algo, que todo lo que has pasado, lo que has vivido, lo que te ha costado seguir en pie, no vale nada. Y ves cómo todo se derrumba ante tus mismos ojos y sobre tus pies, y ruegas, deseas ser parte de ello, y deshacerte en piedras y cenizas. Y no volver más. Ser arrastrado por el viento a un lugar perdido del tiempo y del mundo.

"Arrástrame, viento del camino, hacia donde no me encuentre nadie, quiero estar perdido. Tan solo haciéndole carreras a las medias noches, buscando figuras en las nubes. Escápome del tiempo. Hasta que ya no me busques."

Cada vez, un día sí y otro también, me levanto de un sueño para verme en el espejo, y gritarme "Esta no eres tú, porque tú ya hubieras acabado con todo.". ¿Puede ser posible tantísimo dolor y ganas de un final en un sólo cuerpo? A veces me pregunto cuántos que sintiesen lo mismo que yo habrían continuado hasta tal punto de temblar y quebrarse los huesos con cada palabra, y partirse en mil pedazos con cada golpe, o cada grito. Cada llanto desahogado en paredes. Cuántos, como yo, habrán tenido tal mísera suerte de ser política y oficialmente correctos, mientras sus cimientos se derrumbaban bajo una fachada que nunca dejaría pasar la luz.

Qué peor condena que deshacerse a medida que se vive.

KFU

Asco de vida!