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White·Devil: No entiendo a mis contemporáneos. No entiendo a mis semejantes...

31.7.10

No abras esta carta hasta que salgan las estrellas.



No abras esta carta hasta que salgan las estrellas. Así, cuando la leas, yo ya estaré con ellas.

Tiempo llevo malgastando en silencio las ansias que escondía por verte. Ahora espero paciente a que la tinta de esta pluma se lleve la oscuridad de mi alma. Un día cualquiera, un día como hoy, quiero que sepas que te he amado. Y que la luna se encargará de evaporar las últimas lágrimas que broten de mis ojos.

Cada paso, cada movimiento, cada segundo que estado a tu lado, pero tu no me has visto, cada palabra que te dije y no escuchaste, cada mirada que te he dedicado y ni has sentido, cada espacio que nos ha separado está ahora conmigo, y morirá conmigo.

Arrástrame, viento, tan errante como mi alma.

Me has dado a entender lo poco que he significado durante estos años para ti. Siempre tras la sombra de alguna desconocida, te he observado ser feliz sin mi. Dame a entender lo poco que soy, para que dejarte sea más fácil. Intenté vivir sin necesitarte, mas he de decir que ha sido en vano, pues cada día que ha pasado y no te he visto, ha reforzado los instintos suicidas que alberga mi corazón.

La decisión ha sido tomada, he sentido la necesidad de ayudarte, porque que tú seas quien piense en mí es prácticamente imposible. Ahora, tus dos amigas, amantes, chicas. Las dos damas a las que tus brazos rodean te aman, no más que yo, pero tú también las amas, más que a mí.

Esta noche será especial. Quiero que conste en mi ausencia que seré olvidada tras esta breve lectura, y si ha de quemarse esta carta, que lo haga, y que se lleve mi cuerpo, con el fuego, y mi alma, esparcida en estas páginas, con las llamas.

El humo asciende en el aire, así portará mi vida.

KFU

30.7.10

J&J. Tres no son multitud.



Se preguntaba por qué Jane a pesar de no haber vuelto a verle, seguía riendo. ¿Acaso él no significaba nada para ella?. No, de una extraña forma, sabía que Jane estaba completamente segura de que volverían a encontrarse.

Y siempre seguía a las dos chicas por la calle, con cierta distancia de seguridad. Y las veía reír, abrazarse. Pararse en las esquinas y besarse tímida y apasionadamente. Y él ardía por dentro. No estaba seguro de poder soportar cómo las dos niñas que le habían cegado con sus bellas sonrisas las fusionaban en una sola.

De otro modo, siempre tuvo la sensación de que Jane y Jasmine sabían que las seguía. Algunas miradas de reojo, susurros bajos y risas contenidas las delataban de vez en cuando. Al fin y al cabo, eran como niñas pequeñas.

Les gustaba jugar, saber que eran queridas. Les gustaba estar juntas. Y estar con él. Por lo que esperaban pacientes día a día, a que alguna vez, él tuviese el valor suficiente para romper la distancia, pequeña, pero infinita, que les separaban, y uniese sus manos a las que ellas mantenían agarradas.

Y yo creo que esta vez es la definitiva. Es la hora. Él ha dejado de lado sus miedos. Por primera vez en mucho tiempo le veo esperanzado, seguro de sí mismo. Luchar por lo que quiere. Entre la multitud, esquiva a la gente que va y viene, pero él, pobre extraño, contra el gentío no hace más que ver como su oportunidad se aleja a medida que sus pies se mueven.

Sin más remedio que seguirle, este pobre niño ahora despierta en mí una lástima desconcertante. Lo que yo haya pensado de él ahora ha caído en el olvido, pues se que más importantes son ahora sus sentimientos que los míos. Armada de valor y oculta en mi capucha, prefiero ayudarle hoy y lamentarme mañana, que no lamentarme hoy, y mañana.

-Ven conmigo.
-¿Quién eres?
-Tú solo acompáñame.

Tan rápido como agarro su mano lo llevo por las calles ocultas de la ciudad. Sí, sé que es un error. No, no es un error. ¡Qué más da!. Atajando por este puente saldremos antes que ellas.

-Sigue recto. Llegarás donde ellas acaban su recorrido unos minutos antes. Piensa bien las palabras y cuéntales lo que sientes. Espero que seáis felices.

Me ha dado el tiempo justo para verle quedarse de piedra. Mientras me daba la vuelta y emprendía mi camino hacia el olvido, él no ha reconocido mi voz. Falsas esperanzas rotas una vez más. Pero sé que él va a ser feliz. Me he girado una última vez, y ahí está él, frente a ellas. Mientras ellas, sin reparar en su presencia, continúan riendo, mirándose una a la otra.

Qué bonito resulta no escuchar la conversación, porque sólo puedo ver, e imaginar palabras perfectas que él no dirá, pero que en mi mente quedarán grabadas como palabras perfectas. Él, con un gesto irresistible y natural de chico indefenso, inocente y arrepentido, ha torcido los labios en una irónica aunque preciosa sonrisa, y ellas se han lanzado a sus brazos. Esta noche es diferente, esta noche escribiré mi última carta.

KFU

29.7.10

Llantos de un hombre IV; El lamento de Madeleine.



Esta es una carta sin remite. No tomadme en broma, pues lo que tengo que decir es importante. Sé que las cartas de cuales no se sabe procedencia alguna acaban en un montón, rodeada de cartas iguales, si no llegáis a leerla, no podréis decir que no intenté hacer saber su paradero.

Las mujeres son hermosas. Las mujeres atraen a los hombres, para eso son hermosas. Y una vez los atrapan, a una gran mayoría les puede hacer sufrir, pero ellos, pobres ilusos, perdidamente enamorados y confiando plenamente en ellas, se arrastran detrás.

A la mujer que me dio la vida. No sé cuándo cambiaste. No sé por qué, no se nada. Esperé paciente junto a aquel hombre que lloraba en mi hombro por las noches. Ya, él no tenía miedo, ni sentía vergüenza, sólo me pedía piedad, compasión, ayuda. Solo quería un hombro para apoyarse. Bien, yo se lo di.

Y a vosotros, quienes la buscáis a ella. Lo siento. Fue instintivo. Los animales tienden a proteger sus vidas, y la de sus familias. Y mi padre necesitaba ayuda. Y yo misma me pedí ayuda. Me negué a darle otra oportunidad. Quizás es lo que debería haber hecho, quién sabe. Ahora ella ya no está, y no se puede hacer nada. Paradero desconocido por el momento, bien, me gustaría desvelároslo, pero mientras escribía esta carta, han brotado de mis ojos las más amargas lágrimas que nunca he llorado, pues el odio que he sentido hacia ella se ha vuelto en mi contra.
Sabed. Era mi madre.

Y yo la he matado.

KFU

26.7.10

Alex.


Primer movimiento: Uno de rey.

Alex era complicada. Era una chica con una visión de la realidad bastante modificada a como actualmente enseña la sociedad a ser. Unía sus propios movimientos a los del ajedrez. Siempre le gustó el ajedrez.

Para ella era una forma de pensar, de ser, de vivir. Ajedrez y matemáticas, todo estaba relacionado. Pensaba mucho antes de actuar, medía con precision los pasos a seguir y calculaba las posibles respuestas de los adversarios ante sus posibles actos, y la más favorable era la que utilizaba.

Segundo movimiento: Dos de reina.

Solo eran simples matemáticas a fin de cuentas. Alex era de las que pensaban que dos personas se enamoran por su forma de ser, de pensar, por la conexión entre dos mentes. Siempre se inclinó por los hombres, por costumbre, quizás, pero nunca descartó a las mujeres.

KFU

25.7.10

Lilly



Lilly era la estrella de San Francisco. La conocían en todas partes por su talento en el baile. Sin embargo ella era humilde, pero le gustaba ver cómo la gente se giraba al verla pasar y admiraban cada uno de sus pasos.

Se sintió especial cuando entró en su bar de siempre y vió cómo todos la miraban al pasar. Se sentó en su mesa de siempre y el camarero le trajo automáticamente lo mismo de siempre. Le gustaba ese lugar, estaba al lado de una ventana, en una quinta planta, con vistas al resto de la ciudad. Lilly sabía que en la dirección en la que miraba estaba su antigua ciudad, aunque a miles de kilómetros.

Solía pasar ahí las mañanas, desayunaba relativamente pronto, y los días que no tenía que hacer nada los dedicaba a pasear, sola, sin rumbo, admirando las calles y las fachadas de las casas, pensando nombres para las estrellas. Luego a la noche iba a la colina de siempre, en las afueras de la ciudad, y contemplaba las estrellas con aquel joven desconocido a quien nunca había visto de día. Cuando se quedaba dormida en esa colina, despertaba sola, pero siempre con una carta de despedida del joven misterioso a su lado.

Pero ese día fue diferente. Alguien pasó frente a las personas del bar que aún estaban cegados por los andares de Lilly, y se sentó frente a ella. Lilly, desconcertada por ese extraño que se le había acercado, pero que extrañamente le resultaba familiar, tartamudeó en un intento de hablar.- Shh- dijo él- No hace falta que me eches, Lilly, sé que no debería estar aquí. Simplemente he venido a traerte esta invitación, y espero que la aceptes. Siento todo lo que has pasado, y un día te lo explicaré. Hasta pronto- Y se fue. Tal como vino. Lilly estaba aún paralizada, no sabía quién era ese hombre. Inspeccionó el sobre que tenía en las manos y se decidió por fin a abrirlo.

Srta. Lilly Vermere, está Vd. invitada a nuestra boda. Esperamos su presencia en la iglesia. Un saludo de Sara Lewis y Darach Vermere.

Cinco plantas más abajo, Darach cruzaba la plaza, con los ojos de Lilly clavados en su espalda desde la ventana.

KFU

23.7.10

1 de Diciembre.



I del XII

Querido diario:

Pronto empezará a nevar aquí.

Me dijo que tengo una sonrisa preciosa. Llevaba los últimos diez días pensando si la nota que se le cayó de la carpeta iba dirigida a mí. No debía ilusionarme, pero lo había hecho. Porque Jake me encanta y nada me haría más feliz que saber que escribe para mí.

Pensé en él cada día. Nos encontrábamos por el pasillo, yo le sonreía, el me sonreía. Hablábamos durante los 5 minutos que tenemos entre clase y clase y luego esperaba con ansia verle al día siguiente.

Todo apuntaba a que sí, diario. Todo me daba señales de que él me quiere. Por la forma de mirarme. Por la forma de sonreirme. Sí, ilusa de mí, yo creía que las historias bonitas tienen final feliz. Pero no hay final feliz en una pareja si solo hay una persona.

Hoy le he visto con ella. Con la chica de su clase. La de los ojos negros y la sonrisa más hermosa que vi jamás. Hoy he descubierto a quién iba dirigida la nota.

Cocco. XoXo

KFU

22.7.10

Vuelta a NY.



No me lo puedo creer. ¡¡No me lo puedo creer!! Lo dejé todo por ella. Me fui de Nueva York. Fui a buscarla a Madrid de nuevo y no estaba. Nuestro banco estaba ahora ocupado por una pareja completamente desconocida. Una pareja que no éramos Mara y yo. O quizás sí y era sólo un espejismo.

Acaricié la madera del banco y sentí bajo mis dedos las letras escritas años atrás con una llave.
"Daan y Mara, siempre aquí, siempre juntos."

Fui a su casa. Resultó estar llena de policías, no sabía qué había ocurrido. Sus padres no sabían nada. Se había ido. Se había ido sin avisar, sin equipaje, se había ido sola, para no volver. Y enfurecí.

Despues de tantos "Te amo" y tantas tardes en el parque, de tantos llantos al decirle que me iba y de tantas súplicas para que me quedara. Despues de todo, ella se había ido, con un nuevo hombre, seguramente. Y no iba a volver. ¿Para qué? Ya no me recordaría.

Resignado decidí volver a Nueva York en el primer avión que saliera.

KFU

21.7.10

J&J. Una sonrisa.



Me sonrió. Me sonrió y se torció todo. Fue una sombra, un instante, un solo momento, y luego desapareció, pero fue una sonrisa. Una sonrisa dirigida a mí. Una sonrisa que me heló la sangre, hermosa y a la vez misteriosa. Una sonrisa siempre así de oculta debe ser hermosa.

Jasmine notó mi asombro. No lo podía creer. Me volvió loco con solo una sonrisa, pero ella... Ella nunca había hecho eso, no a mí, ni a nadie. Solo a Jane. Esa muestra de afecto me hizo pensar que realmente sentía algo por mí.

Fue bastante rápido. Llegó a mis oídos por parte de Jane, que Jasmine había confesado cierta atracción por mí. Y yo le conté que ella también me atraía. Jane, en cambio, no se enfureció. Al contrario, me hablaba con tranquilidad, con esa permanente sonrisa en la cara. Me habló de cuánto quería a Jasmine. De cuánto me quería a mí. Y de que no estaba dispuesta a perder a ninguno de los dos.

Más tarde me fui, las dejé solas, no volví a verlas. Me fui sin despedirme, sin decir nada. Dejé de existir porque necesitaba ordenar mis pensamientos. Estaban completamente revueltos desde que me di cuenta de que lo que unía a mis dos chicas, era algo más que amistad.

KFU

20.7.10

Llantos de un hombre III



Y el llora tu muerte. Es... simplemente increíble. Llora tu muerte, pero no me culpa. Llora tu muerte porque te ha amado. Pero mi odio es mayor que lo que en su día llegué a sentir por ti.

No, no quiero recordar y darme cuenta de que en algún rincón, aún te quiero. No voy a hacerlo, porque no lo mereces.

Mi única preocupación es borrar las huellas y deshacerme de tu cuerpo.

El llora tu muerte, pero empiezo a pensar que de una retorcida forma, es un llanto de alegría. Sabe que no está bien. Te quiso como a nadie. Y lo pagaste mutilando sus sentimientos. Ayudándole a comprender por qué la vida a veces no merece la pena. Y ahora te llora, pero sabe que es mejor así.

Prefiero dejarle pensar y ocuparme yo de tu cadáver.

Fdo: Madeleine.

KFU

19.7.10

Alex & Emma.



La gente decía que no podía funcionar. Alex y Emma. Que no tenían derecho. Razones. Que era, bueno, digamos que algo infernal a vista de todos. Un romance de lo más extraño.

Se querían. Se amaban con locura. Día y noche hablando, acariciándose. Jugando a quererse como si no exsistiese el resto del mundo. Qué más daba el resto.

Se querían, como humanos. Él los crea y ellos se juntan. Las normas no están escritas sobre quién debe juntarse con quién.

Les declararon la guerra a quienes les separaban. No había motivos por los cuales retractarse. Eran una pareja, algo diferente, quizás. Muy diferente. Pero al fin y al cabo, una pareja como cualquier otra.

-Hey, Emma, tu me quieres, ¿verdad?
-Con todas mis fuerzas, Alexandra.

KFU

18.7.10

Un pasado borroso.



-Bueno, ¿a quién invitarás a nuestra boda?- Dijo ella sonriedo.
-Pues... a Lilly, supongo.
-¿Tu hermana? Creí que no os hablábais.
-Ya es hora, ha pasado demasiado tiempo.- La miró con ojos verdaderamente arrepentidos, ojos que pretendían evitar la pregunta que venía a continuación, pero que era prácticamente inevitable, y seguramente acabaría en discusión.
-¿Y nunca me presentarás a tus padres?
-Con Lilly estoy dispuesto a hablar. Con ellos prefiero no hacerlo.
-Por favor... Me gustaría conocer a tus padres. ¿Tanto mal te hicieron?
-No... Es una historia complicada, Sara, te la contaré en otro momento.
-No puedo casarme con un hombre que me oculta cosas de un pasado borroso.
-Tendrás que confiar en mí.
-Nunca he dejado de hacerlo, Darach.

KFU

21 de Noviembre.



XXI del XI. Querido diario:

Hoy iba a ser diferente. Hoy iba a ser yo, sin temer sus contestaciones. Hoy pensé en que él también es humano. Es una persona, como yo. Y siente. Hoy fue a él a quien se le cayó la hoja de papel. Y yo la recogí para dársela. No pude evitar leerla, ya que ponía con letras grandes y rojas "¡Te quiero, chica de la sonrisa bonita!".

Entonces, se esfumaron todas las esperanzas que tenía de ser la chica divertida que soy. Se me cayó el mundo al suelo. Sentí rabia, quizás, de que hubiese encontrado a una chica antes de fijarse en mí, y encima se pasasen notitas en clase. Pero eso me sirvió para sacarlo de mi cabeza, y ser, simplemente, natural. Podemos ser amigos.

El se giró, yo le sonreí y le dije "Hey, esto es tuyo.". Él, se sonrojó y me dijo "Gra-gracias". Sentí que las tornas habían cambiado por completo.

-Vaya, debe tener una sonrisa preciosa esa chica- dije sonriendo- tiene suerte, si la quieres tanto como escribes.
-Ti.. Tiene una sonrisa muy bonita, sí.- dijo mientras se tocaba la cabeza- Sí, una sonrisa muy bonita- No pudo evitar sonreir.
-¿Ves? Estás más guapo cuando sonríes.

Entonces, él recuperó su pose de macho alfa- Vas muy guapa hoy- me dijo. Yo sonreí, y di media vuelta con la intención de irme a mi aula. Con la impotencia de que ahora Jake fuese un completo imposible, escuché como entre el gentío me hablaba.

"Por cierto, tienes una sonrisa preciosa."

Cocco. XoXo.

KFU

Un destino traicionero.



No sé por qué lo hice. Decidí dejarlo todo por ti.
Me fui, sin hacer ruido. Sin avisar. Hice una maleta con los básico y me fui, decidida a comenzar la nueva vida de la que tanto me habías hablado.

Cogí el primer vuelo a Nueva York y vi encogerse el mundo a medida que volaba. Pensé en ti. En cómo sería. Quizás incómodo. Quizás estabas con otra. Pero alomejor estabas solo. Y me veías, corrías hacia mí y me abrazabas.

Una vez en Nueva York busqué tu calle. Tu casa. Tu trabajo. Pregunté por tu nombre. Por tu vocación. Te busqué en tu barrio. Pero eras un fantasma. Nadie parecía saber nada de ti. Nadie te recordaba. Nadie te conocía.

Al pasar desesperada un portón de madera, una señora mayor me habló con un español perfecto y cierto acento mejicano.

-¿Buscas amor, quizás?
-Se podría decir...- respondí en un hilo de voz.
-Nena, ven con la abuela Lluc, quizás pueda ayudarte. ¿Quién es el afortunado?
-Daan, se llama Daan.
-¿Daan? Bonito nombre. Un muchacho muy gentil y amable. Siempre ayuda a esta vieja a sentarse y cruzar la calle- dijo con una sonrisa- Pero no está. Se fue ayer, me dijo, a buscar a una chica, lejos, muy lejos de aquí. Me habló con una sonrisa preciosa, tan feliz como nunca le había visto. Entonces comprendí la suerte que tiene dicha chica. Y, curiosamente, hoy la chica ha venido a buscarle. El destino es traicionero.
-Ha... ha ido... Ha ido a buscarme... Daan me sigue queriendo. ¡¡Daan me quiere!!

Recogí mis cosas a gran velocidad y fui corriendo hasta el aeropuerto para coger el primer vuelo directo a Madrid. Daan... Daan me estaría esperando.

KFU

J&J. Éramos complementarios.



Me enamoré perdidamente de Jane. Era tan fácil de comprender, y aún más fácil de querer. Estábamos juntos día y noche, con Jasmine, cómo no, ella era una parte de Jane.

Pero también me enamoré de Jasmine. Era tan misteriosa y tan bonita que despertaba en mi un instinto que no sabía que tenía. Me ponía los nervios a flor de piel con sólo una mirada. Vivía esperando a que me dedicase una sonrisa.

Pasó el tiempo. Y Jane se enamoró de mí. Estábamos hechos el uno para el otro, éramos complementarios. La felicidad de Jane eclipsaba mis malos días y los convertía en risas continuas. Y mis amargaduras divertían a Jane, que me decía que no me preocupase por tonterías.

Pero Jasmine seguía en mi mente.

KFU

17.7.10

Llantos de un hombre II



Te he visto otra vez. Te he oído otra vez. Otra vez te he visto tambalearte. Otra vez te he escuchado gritarle. Otra vez le has dicho lo poco que vale, lo poco que significa, lo poco que te hace feliz.

Todo ha vuelto a repetirse, otra vez. A excepción de que ésta, yo tenía un hierro arrojable y contundente, y me has cabreado.

He esperado demasiado tiempo escuchando tus gritos y tus amenazas, escuchándote hacerte la mártir, creyendo que me vas a separar de mi padre, pero no es así.

Hoy me he cansado. Él te quiere. Pero ya has hecho suficiente. Al verte levantar de nuevo la mano no he podido resistir la tentación de lanzarte la barra de hierro, y mírate ahora, miserable idiota, tendida en el suelo sin poderte mover.

Dime, ¿quién ríe ahora? Ya se han acabado, por fin, nuestros castigos, nuestras peleas, nuestros gritos. Ya no vas a estar ahí para herirnos. Porque ahora no sé si sigues viva, y tampoco me importa.

Porque hubo un momento en el que me harté de ti, mamá.

Fdo: Madeleine.

KFU

Darach.



Darach era mi hermano. Nos llevábamos genial, siempre cuidó de mí. Me enseñó a defenderme, a atacar, a esconderme, a usar un arma. Él sabía que las tropas de ese miserable atacarían nuestra ciudad tarde o temprano.

Y ese día llegó. Había militares por todas partes. Él me llevó a un sótano y me escondió. Me dió su pistola y me dijo que pasase lo que pasase, no saliese hasta que no pudiese oir el canto de las aves. Le dije que no se fuera, que se quedase conmigo, pero él era valiente, y tenía que proteger nuestra casa. Me hizo prometerle que no saldría.

No sé cuánto tiempo pasó entonces. Horas, o días, no sé. Pero entonces escuché el canto de un jilguero, y salí. La ciudad estaba arrasada completamente. Había amigos, familiares, por todas partes, heridos. Las mujeres vendaban a los ancianos que a mí me parecieron héroes. Entonces busqué a Darach, desesperadamente, durante días. Durante semanas.

Cuando la gente comenzó a reconstruir el pueblo, sabíamos que Darach no aparecería. Que se habría fugado, porque siempre quiso huir de esa ciudad. Y que no volveríamos a verle. De algún modo, me alegré por él, por que tuvo la oportunidad de realizar su sueño.

Poco después encontramos su cuerpo carbonizado dentro de un pozo.

KFU

17 de Octubre.



XVII del X. Querido diario:

Hoy ha sido un día horrible. Llevaba esperando este día mucho tiempo. Preparándome para él. Sabiendo que llegaría.

Estaba segura de que un día, él vendría y me saludaría. ¡¡Y lo ha hecho!! Pero al instante se me borraron las respuestas, las preguntas y los temas de conversación que tenía preparados. Debe creer que soy idiota.

Se me cayó una hoja de la carpeta sin darme cuenta y él la recogió. Me tocó el hombro y me giré sin prestar demasiada atención. Y ahí estaba Jake, ¡¡Jake!!, con sus verdes ojos mirándome fijamente y sonriendo. Me dijo "Hey, esto es tuyo", y creo que no pude decir nada más que "Gra-gra-gracias..."

Sentí cómo el corazón me palpitaba y se me enrojecían las mejillas, ¿¡¡por quéééé!!?, nunca he sido tímida... Y él me dijo entonces "Tranquila, chica, no voy a comerte" y yo sonreí, y él sonrió, y... fue tan bonito. Me dijo "¿Ves? sonriendo estás más guapa" y se dió media vuelta con una sonrisa preciosa. Y se fue. Prometiéndome otro encuentro desde la profundidad de sus ojos, pero yo solo creo que le he parecido tonta. ¡¡Qué mal!!

Cocco. XoXo

KFU

16.7.10

Daan.



Me fui. Ya lo habíamos hablado antes, NY me llamó. Nos llamó.

Me fui porque podía aumentar nuestra calidad de vida, y podíamos ser felices en América. Le dije a ella que viniese conmigo. Pero se negó rotundamente. Se negó a abandonar nuestros recuerdos y nuestros paseos por el parque.

Me fui para ser actor, para ser cantante, para ser alguien. Y le dije que me quedaría si me lo pedía.

Me fui, a pesar de que me dijo "quédate". Me fui y ahora sólo la extraño. Sólo pienso en ella. Sólo recuerdo el parque. La hierba. Y sólo quiero volver. Pero no me lo permito, porque es algo que temo. No puedo volver y verla en nuestro banco con otro de la mano.

Me fui, por mi bien, y si ella estuviese, todo sería mejor. Me inundaba de calor y buenas sensaciones. Ahora solo me quedan las luces del Times Square. Te quiero, Mara.

KFU

Mis chicas. J&J.



Jane era la típica chica de la que te quedabas con las ganas. La que cuando estábais juntos, y al final os despedíais, tú necesitabas otro minuto más con ella. La que te prometía otro encuentro con una sonrisa.

Era la típica chica optimista y alegre, que al buen tiempo, buena cara, y al mal tiempo, su mejor cara. Era una chica extrovertida y jodidamente simpática. El prototipo de mujer que todas querrían ser.

Sin embargo, Jasmine, su mejor amiga, era prácticamente todo lo contrario. Era una chica tímida y pesimista, que siempre andaba en su mundo e iba caminando varios pasos por detrás. Siempre se vió eclipsada por la alegría de Jane, y estar con ella era la única forma de darle a su mundo algo de color. Aunque ésta jamás lo aceptaría.

Siempre callada, sólo la vi sonreir una vez, tenía la sonrisa reservada para Jane y solo a ella le sonreía. Le debía mucho. Jasmine era una muchacha misteriosa, pero la conocí lo suficiente como para decir que era divertida. Apenas hablaba, pero cuando lo hacía, lo hacía bien.

Si algo tenían en común las dos chicas, es que al despedirse, ninguna volvía la vista atrás.
Y que las dos eran condenadamente preciosas.

KFU

Llantos de un hombre.



Estoy harta de todos vosotros. De que seáis como sois y me tratéis como lo hacéis. Estoy harta de esta vida. De esta gente. Estoy harta del instituto, y del chico que me gusta. De mis mejores amigas. De mis aficiones. Estoy harta de ti, y de él. Estoy harta de estar siempre completamente sola, y que tu llegues por las noches borracha perdida. Estoy harta de que seas una zorra y él un ángel. Estoy harta de que en mi caso sea al revés. Estoy harta de que tú rías y él llore. Estoy harta de que intentes acabar con nosotros y separarnos. Estoy harta de ti. Esto, en principio, iba a ser una carta de despedida. Quería huir, mudarme, o simplemente suicidarme. Pero me he dado cuenta de que de lo único que no estoy harta, es de mí. Él merece una vida feliz, y todo lo bueno. Y yo estaré con él hasta el último instante. Y por nada del mundo le dejaré solo contigo. Esta carta, es para ti, para que sepas que no me rindo. Que no voy a hacerlo. Para que te pienses dos veces las cosas antes de hacerlas. Y para que te vigiles las espaldas al dormir, al caminar, al respirar. Que sepas que no voy a dejar de vigilarte, zorra.

Fdo: Madeleine.

KFU

El nombre de las estrellas.



-¿Sabes que las estrellas tienen nombre?- Me dijiste sonriendo, siempre tan bonita.
-Ah, ¿sí?, pero, ¡si son muchísimas!
-Sí, pero todas ellas tienen nombre, y por cada nombre, quiero un beso.
-¿Recuerdas los nombres?
-No- dijiste aguantando la risa- Me has pillado.
-Entonces, ¿cómo sabes cual es cual?
-Muy fácil, les doy nombres cada día.
-¿Y conoces tantos?
-No- dijiste, mientras seguías sonriendo- Pero no todas las personas del mundo tienen un nombre diferente, ¿no?
-Entonces, los repites. Te pasas las noches mirando al cielo, dando nombres al azar, repitiéndolos si no recuerdas más. Suena divertido, ¿cómo se llama esa?- Dije señalando a una estrella cercana a la constelación de Orión.
-Esa se llama Lucía.
-¿Y esa?
- Taylor.
-¿Y esa?
-¡¡Vicky!!
-Les pones los nombres de tu familia, ¡tramposa!
-¿Y ves esa, la que más brilla?
-Sí.
-Esa se llama Darach.
-¿Y quién es ése?
-Mi hermano.
-No sabía que tuvieses un hermano.
-Eso te lo contaré otro día- dijiste sonriendo, mirando hacia Darach, mientras una lágrima resbalaba por tu suave mejilla- Te hablaré de Darach, otro día.

KFU

Mara.



Es invierno aquí. Y nieva. Capa copo que veo caer es un recuerdo suyo directo a mi mente. El parque que solíamos caminar agarrados de la mano hoy está desierto, y la verde hierba se ha tornado en un blanco perfecto.

Es invierno aquí. Y le echo de menos. Me dejó una sensación de hielo en las manos y frío en el corazón cuando se fue. Por eso estoy bien en invierno.

Es invierno aquí. Y durará una eternidad. Porque aunque el sol vuelva a salir en primavera, el hielo me consumirá aún por dentro. Fue todo lo que tuve, lo que pedí. Lo que deseé. Y aún lo és.

Es invierno aquí, y será invierno siempre.

Algún día quizás vuelva a este parque. Algún día que ya no me recuerde y le pueda la curiosidad de ver cómo todo ha cambiado. Algún día, con su mujer, sus hijos, y les enseñe el lugar donde tan feliz fue hace años, aunque no sepa el por qué.

Y yo estaré ahí, en nuestro banco de siempre. Le miraré y él no me verá, porque ya solo seré un vago recuerdo. Quizás, algún día lo deje todo por mí. Daan.

KFU

Ella...



Ella simplemente reía. Observaba los pedazos de viejas fotografías donde salía con su antigua pareja. Y reía.

Aun habiendo acabado todo tan mal. Aun habiéndolo perdido todo, ella recordaba esos momentos, y simplemente reía.

A carcajadas. Puras. Risa profunda de lo que en su día esa niña llegó a poseer. De cuán feliz fue con ese desconocido. De tantos momentos juntos. Ella, sólo reía.


Ella es esa persona tan fácil de comprender. Es ella, tan simple, tan alegre, siempre tan divertida. Es ella, la persona optimista y feliz, la que lucha por lo que cree, y cuando ha de hacerlo, se rinde. Es ella, quien tenía mi respeto. Es ella quien me gustaría ser.


Pero la dejé escapar. Le devolví nuestros recuerdos, nuestras fotos. Quise hacerle daño con esas memorias. Quise que sufriera como lo hice yo. Pero ella simplemente, reía.


Y ahora veo cuán pordiosero soy, pero, desde que la volví a escuchar reír, paseo por el parque buscándola de reojo y mirándola de lejos. Sin duda esa niña ha vuelto a enamorarme. Porque ella tiene algo que se llevó consigo.


Ella es feliz.

Volvere a por ti, Jane.


KFU

15.7.10

Diablo blanco.



El secreto que lleva tan dentro le carcome la piel y le espesa aún más la sangre. Le hierven las venas por los secretos mal confesados y las traiciones dentro de un mismo bando. Y eso pasa factura. Pues ellos han peleado, han luchado entre ellos, entre una misma manada, y se han herido mutuamente, pero hubo alguien en medio que no debía estar. Metieron su bien más preciado entre barrotes y le negaron alimento. Su furia crece, al igual que la frustración desaparece, pues muy claros están los siguientes pasos, solo hace falta seguirlos.

Detrás de una hermosa sonrisa se esconde la sombra que enjuaga los colores y los convierte en negros muros, cercando a quien no debió irrumpir en sus secretos. Ahora solo busca sangre.
Sangre.
Ahora deberán pagar por sus pecados, sus errores y su frustrado intento de ser superiores.

Han despertado a una bestia.

KFU

Ejército de las tinieblas.



Con las grandes, falsas sonrisas, y estúpidas mentiras.

Que aunque sea el más mínimo fallo pagan justos por pecadores, hay que poner el mundo del revés, queridos, o simplemente del derecho. Hay una gran balanza, la gente buena y pobre es más cantidad, que compensa a la gente hipócrita y rica, que hay poca, pero... con el dinero compran las pesas, para tenernos equilibrados.

Este mundo es una farsa, una continua tormenta de mentiras, burlas, insultos y rumores. Las voces de gente admirada nos ponen los nervios a flor de piel, pero, ¿sabéis?, yo no sufriré por esto. Porque yo no creo en nada que no sea en mí, y solo tengo fe en quienes visitan mi Edén buscando consuelo, alimento y cobijo.

El día que acabe el mundo, os seguiré esperando en mis tierras, porque ahí empezó a formarse el ejército contra las mentiras y la sociedad. Y alguien debe dirigirlos.
Ese alguien no soy yo, no, porque a pesar de haber creado un lugar como este, sois vosotros quienes le dais vida. Y nosotros dirigiremos dicho ejército, a la victoria con el cambio, o a la muerte con honor.

¿Estais dispuestos a seguirme?

KFU

Colores en el agua.



-¿Qué quieres que haga por ti, Mike?- le dijo con lágrimas en los ojos- ¿Cómo puedo conquistarte?.
-Pinta el agua de colores y haz que las montañas digan mi nombre- contestó él- Quizás entonces te ame.

Llevaba tiempo buscando la forma de alejarla de él, su destino juntos era borroso, porque sus fracasos eclipsaban los talentos de ella, y no podía permitírselo. No sintió nunca dolor mas grande al que sentía mientras pronunció las palabras "Ya no te amo.", nunca sufrió tanto como cuando vió las lágrimas de ella aflorar de sus ojos. Y maldijo en mil idiomas su existencia, y el haberla conocido, por nunca poder olvidarla, pero ella era brillante, y él un fracasado. No podía funcionar.

-¿Cómo voy a pintar el agua de colores? ¿cómo voy a hacer todo eso? ¿acaso me querrás si lo hago? ¿acaso cambiarán tus sentimientos? ¡Algo así no puede manipularse!
-Lo sé-contestó fríamente.

Se odiaba. Se odiaba con las fuerzas que le quedaban, las que no estaban destinadas a amarla a ella. Pero así tenía una coartada perfecta, por mucho que les doliese, ella lo superaría. Él no, pero no le importaba. Sabía que no podría resistirse a decirle lo que sentía por ella si ella conseguía cualquier cosa de las que le propuso, si almenos lo intentara, tendría que contarle la verdad. Pero la chica pensó que esas cosas eran imposibles. Pensó que si lo consiguiese, él no la amaría, pues los sentimientos no se manipulan. Entonces, pensaba él, ¿por qué iba a intentar hacer ninguna? Ella le olvidaría con falsos motivos, pero siempre por su bien.

Entonces ella desapareció. Por días, semanas, meses. No hablaron, no supieron nada el uno del otro. Pero ella sabía que él estaba bien. Y él temía por la vida de ella. La chica se mudó a las montañas, tenía suerte de venir de una familia acomodada, de la que pudo obtener todo lo que necesitaba. Trabajó día y noche, pensó, formuló, inventó, hasta que al séptimo mes volvió.

Él estaba en el columpio del solitario parque, en la tarde de primavera. La vió más mujer, más madura, más fuerte y más cansada. Cuando la vió acercarse con su inconfundible y suave movimiento de caderas, reprimió el impulso de correr hacia ella y elevarla al cielo con solo sus manos. Entonces llegó, sus ojos azules solo reflejaban cansancio, se habían vuelto fríos como el hielo, no se podía leer nada en ellos, no había atisbo alguno de la inocencia que huvo ocho meses atrás.

Ella le agarró de la mano, fuerte, pero delicadamente, no dijo palabra alguna, y comenzaron a andar. Él la seguía de la mano, sin soltarla, hasta que le dolieron las piernas. No sabía cuánto tiempo había pasado, y aún sentía esas ganas de abrazarla y besarla hasta morir en sus brazos, pero ella jamás volvió la vista atrás. No quería que la viese llorando.

Llegaron a un pequeño lago rodeado de montañas, donde, de cada una de ellas bajaba un río. Giró sobre sus talones y le miró a los ojos. Él no pudo ver las montañas, ni contemplar los ríos, pues quedó hipnotizado de nuevo, como el día que se conocieron. Entonces ella habló.

-Dicen que esto es como el mar muerto. Ningún animal vive en estos alrededores. No he dejado de pensar en ti ni un solo momento.- Él intentó hablar, pero sus intentos fracasaron al roce de los dedos de ella en sus labios. No quería oírle hablar, no todavía.- Mucho tiempo ha pasado, y sé que tú también me has recordado. Cuando me mudé, pedí a mi familia que comprara la cadena de fábricas de colorantes en este estado. Trabajé duro para conseguir lo que necesitaba, e incluso mi padre me vio sufrir. Me ayudaron hombres buenos, hombres que no pidieron nada a cambio, hombres que sabían cuándo una persona necesita ayuda.

Entonces se dió la vuelta y contempló las montañas. Él observaba, a su vez, cómo los cauces de los ríos habían sido desviados a voluntad, no tuvo tiempo de seguir observando el paisaje cuando ella volvió a hablar.

-¿Ves la cima de esa montaña? Ahí hay un hombre, junto al río, esperando mi señal.
-¿Señal? ¿Señal para qu..
-Shh- le cortó ella- hay un hombre en cada cima, junto a cada río. Observa.

Entonces cogió las llaves de su nueva casa y las lanzó al agua, tan lejos como pudo. Arriba, en las montañas, los hombres, ancianos del lugar, niños, hasta mujeres, esperaron hasta que las llaves cayeron, salpicando el aire. Entonces volcaron miles de litros de colorantes, un color en cada río, y el agua se fue pintando al igual que un arcoiris. A medida que los colores descendían el río, él vió cómo los cauces desviados, poco a poco, pintaban su nombre en miles de colores. Él, hipnotizado por cómo los ríos escribían "Mike" en las montañas, rompió en llanto, dejándose caer al suelo, mientras ella seguía ahí, de espaldas, de pie e inmóvil.

Se dió la vuelta y le secó las lágrimas, sus ojos ya no eran fríos, mostraban calor. Y su sonrisa...
Su sonrisa le devolvió la vida.

KFU

San Valentin.



Sí, la emparedé.

Le arañé la piel entera profundamente y la senté en un lugar pequeño mientras aún estaba inconsciente. Pensé en construirle cuatro muros a su alrededor, pero entonces no la vería, así que le puse cristales. Eso es, y ahora puedo ver a mi princesa desangrarse, morir poco a poco. Y le echo sal, y agua, sí, es excitante ver cómo se retuerce de dolor, como grita, pero nadie la oye, ver como araña los cristales en un loco intento de salir, de seguir con vida. Es genial, definitivamente, la amo. Es una satisfacción para mí. Me encanta ver la expresión de sus ojos asustados, cuando confían en ti e intentan complacerte para que seas compasivo, cuando están a punto de morir y no tienen otra opción.

Entonces es cuando se muestran de verdad, tal y como son, sin secretos, veo realmente lo que sienten… Miedo. Já, ¡cómo me gusta! Y pensar que he conocido mejor a algunas personas que su propia familia…

Volviendo a lo que más me interesa… Ella. Ahí está Ella. En el mismo lugar donde tanta gente ha estado, donde nadie imagina, donde gané mi billete al infierno.

No estoy loco, no. Simplemente adoro la anatomía. Me considero un abogado del diablo. Un forense artístico. No es un problema gustarme la sangre cuando resbala roja por un cuerpo aún con vida y un corazón latente.

Ahí se siente la verdadera vida de una persona. Me gusta el sonido de mi piel quebrándose, ayudada por una cuchilla, ¡y ahora me siento más vivo que nunca!, ahora que ella, roja y espesa, me abandona, y mi amor, mi gran y único amor me mira, desde su cárcel y tumba, con los ojos grandes, hermosos, horrorizados…

Adiós, pequeña, mi dulce muñeca, te veré en el infierno. A ver quién llega antes.

La amaba de verdad, y por eso la maté…


KFU

Un valiente más.



El mundo ha cambiado. Solo quien sea capaz de apreciar el canto de los vientos se dará cuenta, pues ya no cantan, lloran.
El mundo ha cambiado. Ya no se le celebran rituales a la muerte. ¿Por qué? Porque no hay tiempo. Porque no se cree. Porque el ser humano ha perdido todo el respeto, no en Dios, pues quizás no existe, pero la muerte es algo que nos llega a todos. Es algo que siempre está ahí, y que merece ser respetado.
El mundo ha cambiado. Puedo sentirlo. Y sé que tú también puedes. Cuéntame, tú, ¿qué piensas?, podré responder a todas tus preguntas. Cuentame por qué has pasado, qué buscas, cual es tu objetivo. En los muros de estas tierras están los nombres de mil valientes... ¿Serás tú uno más?

Espero tu respuesta.

KFU

14.7.10

El precio de la libertad.



Sacó la cabeza por la ventanilla y respiró profundamente, hasta hervirle las venas. Hasta sentir en la sangre euforia y libertad. Miró hacia adelante, la infinita carretera que se perdía en el horizonte, mientras ella reía y aceleraba.

-¡Libres! ¡¡Somos libres!!- decía él regresando a su asiento y abrazándola, mientras ella sonreía, sin quitar la vista de la carretera- Al fin somos libres, princesa.
-¿No has pensado que quizás algún día nos arrepintamos?
-¿Por qué iba a pasar eso, nena? ¿Acaso no me quieres?
-Sabes que no lo digo con esa intención- dijo sosteniendo en sus labios la sonrisa más sincera que sabía mostrar- Pero ha costado mucho ser felices, y completamente libres. Hemos hecho daño.
-No, nena, solo lo hemos devuelto-Dijo mientras le besaba ligeramente en la mejilla.-Aquella gente merecía peores castigos que la muerte, de una rebuscada forma, les hemos liberado de una condena.
-Cierto. Nos hemos ganado la libertad.
-Y un billete al infierno.

Esta pareja huyó de la ciudad de Nueva York, en busca de la libertad que tanto ansiaban. Tanto ella como él fueron buscados en toda Norteamérica por homicidio múltiple. Lo que la ley, los jueces, los policías y los maniáticos del orden no quieren entender es que la gente reacciona muchas veces por impulsos, son animales, al fin y al cabo, y tienen motivos para todas y cada una de sus acciones.
Ésa actitud fue la que después de disfrutar del fin de sus vidas uno junto al otro, y morir a la vez, como antaño prometieron, les abrió las puertas de mi Edén. Ellos son mis ángeles.

No os engañéis, no todo el mundo es bienvenido aquí. No busco asesinos ni doy cobijo a villanos. Aquí solo entra gente noble, honrada, que ha vivido con orgullo y ha mantenido alerta su instinto animal. Todos los hombres mueren, pero sólo por mí serán guarecidos quienes realmente han vivido.

KFU

Un día cualquiera.


Hoy no es ese día. Hoy te he oído aporrear los portones de mis tierras. El sonido contundente, fuerte y seguro me ha advertido de que tu presencia no es simple casualidad. Sé que eres fuerte. Aquí eres bienvenido, como tantos otros que ya están dentro. Pero en mi Inframundo solo hay una norma:

Quien entra, no sale.

Y bien, ¿qué motivos te han traído hasta mi Edén?

KFU

Asco de vida!