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White·Devil: No entiendo a mis contemporáneos. No entiendo a mis semejantes...

15.7.10

San Valentin.



Sí, la emparedé.

Le arañé la piel entera profundamente y la senté en un lugar pequeño mientras aún estaba inconsciente. Pensé en construirle cuatro muros a su alrededor, pero entonces no la vería, así que le puse cristales. Eso es, y ahora puedo ver a mi princesa desangrarse, morir poco a poco. Y le echo sal, y agua, sí, es excitante ver cómo se retuerce de dolor, como grita, pero nadie la oye, ver como araña los cristales en un loco intento de salir, de seguir con vida. Es genial, definitivamente, la amo. Es una satisfacción para mí. Me encanta ver la expresión de sus ojos asustados, cuando confían en ti e intentan complacerte para que seas compasivo, cuando están a punto de morir y no tienen otra opción.

Entonces es cuando se muestran de verdad, tal y como son, sin secretos, veo realmente lo que sienten… Miedo. Já, ¡cómo me gusta! Y pensar que he conocido mejor a algunas personas que su propia familia…

Volviendo a lo que más me interesa… Ella. Ahí está Ella. En el mismo lugar donde tanta gente ha estado, donde nadie imagina, donde gané mi billete al infierno.

No estoy loco, no. Simplemente adoro la anatomía. Me considero un abogado del diablo. Un forense artístico. No es un problema gustarme la sangre cuando resbala roja por un cuerpo aún con vida y un corazón latente.

Ahí se siente la verdadera vida de una persona. Me gusta el sonido de mi piel quebrándose, ayudada por una cuchilla, ¡y ahora me siento más vivo que nunca!, ahora que ella, roja y espesa, me abandona, y mi amor, mi gran y único amor me mira, desde su cárcel y tumba, con los ojos grandes, hermosos, horrorizados…

Adiós, pequeña, mi dulce muñeca, te veré en el infierno. A ver quién llega antes.

La amaba de verdad, y por eso la maté…


KFU

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