...

White·Devil: No entiendo a mis contemporáneos. No entiendo a mis semejantes...

1.9.10

Dos.



Sentado en el banco del andén nº9 vio acercarse a él una niña, y sorpresa fue, para él, que la niña le hablara, pues ya nadie lo hacía.

-Señor, cuénteme, usted está solo aquí siempre, explíqueme, señor, por qué.
-Mucho me temo, habladora señorita, que tu tren pronto saldrá, y tus padres deben estar buscándola, pequeña.
-Eso ahora no me importa, no tengo tren, ni padres, ni prisa. Compartamos penas, señor.
-Compartir está bien, señorita, pero las penas no.
-Cuentan que un incendio arrasó con su vida, se llevó su casa, amigos, doncella y familia, ¿es eso cierto, señor?
-No creas nada, pequeña, de lo que las lenguas dicen, solo confía en un hombre si habla de corazón.
-¿Y cómo puedo saber si un hombre me miente o no?
-Mirando a sus ojos, nena, reflejo del corazón, en ellos hay compasión, en ellos hay avaricia, en ellos hay pena, bondad, honor.
-Pero hay hombres también, señor, que no tienen corazón.
-Todo hombre tiene, pequeña, quien lo oculta lo rompió, traiciona la gente a veces aun de sangre siendo hermanos, quien tiene el pecho vacío, el corazón lleva en la mano.

KFU

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