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White·Devil: No entiendo a mis contemporáneos. No entiendo a mis semejantes...

2.12.10

Broken glass.



Ella despertó sobresaltada por un crujir de cristales, mas su único movimiento fue abrir los ojos. Entonces sonrió. "Nina, pequeña, ¿qué te pasa?". Nina la observaba desde la otra esquina de la habitación abrazando a un osito de peluche, con los ojos encharcados y las manos y los pies ensangrentados. "Me he cortado".

Nina se había dedicado a destrozar su habitación durante la noche. Había volcado cajones y despedazado espejos, y había llorado, y gritado, pero ella dormía profundamente. Nina odiaba que fuera tan difícil despertarla. Necesitaba hablar con ella, pero no se atrevía a tocarla por si desaparecía. Las manos malditas de una niña maldita. Nina pensaba que el decir de la gente era sabio, y por más que ella le repitiera que nunca iba a dejarla sola, nunca se atrevió a rozarla.

Ella se irguió en la cama y apoyó la espalda contra el cabecero. Se quedó mirando las pisadas de sangre que Nina había dejado en el suelo. Se levantó y barrió los cristales rotos, se quedó quieta ante tal inmenso desorden. Se sentó en la colcha y golpeó la cama con la mano suavemente, mirando a Nina. Nina sonrió y corrió a sentarse donde ella le indicaba. "Te curaré esas heridas".

-Oye...-dijo Nina- ¿No llegas tarde a ningún sitio?
Ella la miró y sonrió. En cinco minutos cogería su gabardina negra y su rosa y se encaminaría al cementerio. Para dejar la flor en el lugar adecuado a las once menos diez.

KFU


1 comentario:

Regaladme palabras.

Asco de vida!