
Tiritando, la chica intentó visualizar el recorrido que había hecho y dónde se encontraría ahora mismo. La cantidad de machistas psicóticos que la seguían y la probabilidad de que la encontrasen. Aun en la lejanía oía retumbar sus pasos. Se detuvieron en seco sus pensamientos cuando sobre ella cayó una manta de terciopelo y un beso en la mejilla. La mujer rubia, que ahora estaba más cerca a ella, tenía unos ojos azules y profundos. Le dio un tazón de té con su mejor sonrisa y acercó la silla. Esperó paciente a que entrara en calor y entonces habló.
"Había una vez, una niña con el pelo color azabache y unos ojos del azul del mar. Hubo, a su vez, una niña con el pelo dorado como el sol y los ojos del color del bosque. Ambas corrían una detrás de otra en esta taberna..."
KFU
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