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White·Devil: No entiendo a mis contemporáneos. No entiendo a mis semejantes...

2.3.11

Desesperación hecha palabras.

A veces me pregunto qué es la pena. Qué es el dolor. Qué es llorar hasta quemarse el alma, aun habiéndolo ya conocido. Porque las largas agonías escondidas tras la piel duelen más que el maltrato físico que pueda dañarte. Un sentimiento que empieza en el pecho, oprimiéndote el aire e impidiéndote respirar, cuando entonces un escalofrío recorre de punta a punta tu cuerpo y a medida que las lágrimas comienzan a resbalar por tus mejillas, comprendes que algo no va bien. Que toda una vida luchando por un sueño, un segundo, un pensamiento, buscando algo, que todo lo que has pasado, lo que has vivido, lo que te ha costado seguir en pie, no vale nada. Y ves cómo todo se derrumba ante tus mismos ojos y sobre tus pies, y ruegas, deseas ser parte de ello, y deshacerte en piedras y cenizas. Y no volver más. Ser arrastrado por el viento a un lugar perdido del tiempo y del mundo.

"Arrástrame, viento del camino, hacia donde no me encuentre nadie, quiero estar perdido. Tan solo haciéndole carreras a las medias noches, buscando figuras en las nubes. Escápome del tiempo. Hasta que ya no me busques."

Cada vez, un día sí y otro también, me levanto de un sueño para verme en el espejo, y gritarme "Esta no eres tú, porque tú ya hubieras acabado con todo.". ¿Puede ser posible tantísimo dolor y ganas de un final en un sólo cuerpo? A veces me pregunto cuántos que sintiesen lo mismo que yo habrían continuado hasta tal punto de temblar y quebrarse los huesos con cada palabra, y partirse en mil pedazos con cada golpe, o cada grito. Cada llanto desahogado en paredes. Cuántos, como yo, habrán tenido tal mísera suerte de ser política y oficialmente correctos, mientras sus cimientos se derrumbaban bajo una fachada que nunca dejaría pasar la luz.

Qué peor condena que deshacerse a medida que se vive.

KFU

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