...

White·Devil: No entiendo a mis contemporáneos. No entiendo a mis semejantes...

27.2.11

Consólounasonrisa.



Grace miraba la puerta con cara de poder derribarla de un solo pestañeo. En aquel club, la música seguía, y los presentes aún bailaban. En su cabeza la música se había parado. Y los bailarines seguían mirándola. Y aquel chico volvía a entrar por aquella puerta. E iba hacia ella y le cogía la mano en una reverencia infinita, y sus ojos le decían "¿quieres bailar?".

Grace sacudió esos estúpidos pensamientos de su cabeza. Irremediable e increíblemente, uno de sus caprichos se le había resistido. Y eso no podía ser así.

Se levantó de la silla y el club enmudeció, mientras ella caminaba ante la mirada de los clientes. Los hombres seguían de cerca sus pasos por si tenían una mínima oportunidad. Pero Grace tenía un gusto peculiar. Avanzando hacia el escenario, dejó caer su abrigo, al instante recogido por uno de aquellos hombres. Grace vestía un vestido plateado, que hacía resaltar su pelo rojo. Y movía la cintura y levantaba lentamente las manos, a medida que subía las escaleras. Entonces, con el micro en la mano, comenzó a cantar canciones hermosas de esas que hacen que sientas sus palabras. Entonces los bailarines comenzaron a moverse al ritmo de su voz hermosa y melódica, hasta que en el Boulevard de High Street despuntó el alba.

Él, permanecía sentado en un banco frente al pub. Escuchando de fondo la pálida voz de Grace rompiendo el silencio. Cuando los primeros rayos de luz rasgaron el suelo, las gentes del Boulevard abandonaron sus pubes y en carrozas desaparecieron entre la bruma. Grace salió la última, dejando caer al suelo su copa, y con movimientos suaves, le miró por un segundo que pareció eterno. Y le sonrió de una forma que congelaría el sol. Entonces, una carroza se interpuso entre ellos. Y cuando pasó de largo, Grace ya no estaba.

KFU

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Regaladme palabras.

Asco de vida!