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White·Devil: No entiendo a mis contemporáneos. No entiendo a mis semejantes...

28.12.10

Y un mensaje subliminal en cada sonrisa.

Ningunaimagenquepuedadescribirlafrustraciónquesiento.

Maldita manía de ser. De estar. De mirar a ambos lados al cruzar una calle y a lavar la ropa con agua fría. Maldita manía de ducharme con tu colgante, maldita manía de adorar ver el agua correr por mi cuerpo. Maldita manía de quererte.

De ver señales donde había mentiras, y mensajes subliminales en cada sonrisa. De sentirme halagada con malas palabras. Maldita manía de querer correr a un lugar alto y verde, y gritar. Gritar muy fuerte.

Malditas ansias de libertad que cada uno lleva consigo y pocos consiguen expresar.

Malditas personas que oprimen esas ansias.

Aumento de odio a medida que la honradez se desgasta, ¿nadie más lo siente?, ¿nadie ha pensado en vivir del aire, del agua, del sol? Claro que no. Porque sólo los locos hacen tal cosa.

Porque sólo los locos admitimos que lo estamos.

Quizás la locura es aquella llamada "normalidad", en la cual descansan horribles deseos de tortura y sufrimiento, vanidad y avaricia. Tan simple y común al día de hoy, que quienes tienen aprecio por lo que se destruye sin piedad son vengados con burlas. Malditos locos que pretenden cambiar el mundo.

No... Locos son aquellos que lapidan sus sueños, y por no soñar no duermen.

KFU

24.12.10

Un "te quiero" de verdad.



Llegué a entender que el ser feliz es sólo un sueño.

Donde tú y yo podamos contar hasta diez con los ojos cerrados y escondernos a la vez, y buscarnos mutuamente por un océano infinito de criaturas libres que se mezan al antojo de los mares. Donde pueda dibujar tu sonrisa junto a la mía.

Porque a veces en la vida lo más importante es lo que menos importa, y no es quien más me quiere quien me ayuda a levantar, sino el que evita que caiga. Y doy miles de rodeos a miles de palabras para llegar a un fin concreto que a veces ni siquiera he mentado. Para llegar a un simple "te quiero", o a un simple "no te enfades", hasta a un simple "adiós". Y me he dado cuenta de que tales simples palabras no tienen nada de simple más que su composición sintáctica. Y me he dado cuenta de que si no fuera importante, no pensaría tanto cómo llegar a ellas. Por lo que si evito una despedida o una muestra de afecto, no se tome por un toque de vergüenza o cobardía, sino por un sentimiento mayor de lo que cabe en mis palabras, de lo que puedo expresar.

Simplemente, tómese por un intento de describir lo indescriptible que encripta mi enmarañado y roto corazón. Tómese por un "te quiero" desde las profundidades del alma.

Poruntequieroqueseadeverdad.

KFU

23.12.10

Caprichos.



El ambiente era de lujo. Resonaban a lo largo de la gran taberna los taconazos en el suelo de las bailarinas, y el aroma de bebidas que no tenían ni nombre cargaban el aire de oscuros deseos. La copa que le había traído el lujoso barman de una diosa de la noche tenía el color azul del lugar donde cielo y mar se encuentran.

Él hundía su vista en el líquido verde-azulado de la copa de cristal, y ella le clavaba los ojos en la boca desde la otra esquina del lugar. Impaciente, deseaba que él bebiera. En su lugar, él levantó la vista y la paseó a lo largo de las mesas, deteniéndola en los ojos de Grace. Asintió con la cabeza y, agarrando la copa, la alzó en el aire. Se levantó y se encaminó hacia ella, que perpleja le miraba. "Viene hacia mí.". Grace le miró a sus profundos ojos verdes con el rostro impasible de quien se espera todo. Y a la vez, nada.

Sus pasos se acortaban a medida que se acercaba. Grace fijó la vista en sus pies, que se detuvieron a escasos centímetros de ella. Él sintió un aroma hipnotizante que le perforaba los pulmones. Grace poco a poco fue levantando la vista, hasta toparse con unos ojos verdes que la observaban. Una delgada línea que constituía una boca lisa y perfecta y un pelo negro despeinado. Él sonrió. A Grace se le congeló el alma. "Le tengo.". Le devolvió la sonrisa.

-Perdona, no bebo, pero gracias.

Grace le vio dejar la copa en la mesa con delicadeza y apoyar las manos en el mantel. - ¿Puedo sentarme?- Dijo observando cómo ella le miraba las manos. Grace asintió sin levantar la vista, cogiendo la copa de cristal y balanceándola. Le observó al sentarse. Él la miraba. Su cabello castaño oscuro caía como cataratas sobre sus hombros, y sus profundos ojos le miraban sin expresión alguna. Sus labios cortaban el aire con pequeños suspiros, mientras la copa bailaba entre sus delicados dedos. Él intentó iniciar una conversación, pero sus ojos no le dejaban decir palabra alguna, respiró hondo el perfume que tanto le atraía. Cerró los ojos. La miró de nuevo -lo siento- dijo. El sonido de sus palabras hicieron eco en la noche. Grace dejó de mover la copa entre sus dedos. La música paró. La taberna se quedó en absoluto silencio. Todos les miraban, pero él no apartó la vista de los ojos de ella, que impasible aún le observaba. Él le dedicó su más amplia sonrisa mientras cogía la copa y la vaciaba de un trago. Ella sonrió. "Ya es mío". El silencio aún seguía acechándole. Grace le miró a los ojos, tan serenos como el mar en calma, él se levantó, y agachando la cabeza se despidió, caminando entre la gente abandonó el local, mientras todos los presentes, impresionados por no haber caído en las redes de Grace todavía, le seguían con la vista al pasar por su lado.

Abrió los portones con ambas manos y se dio la vuelta. Grace seguía sentada de espaldas a él, haciendo bailar la copa vacía entre sus dedos. Escuchó su voz y el tintineo del vaso se detuvo.

-Buenas noches, señorita. Espero volver a verla pronto.

Se giró y le vio avanzar por High Street, mientras los portones se cerraban poco a poco, con la mirada todavía impasible. Continuó girando la copa entre sus dedos. Escuchó cerrarse el portón y la música comenzó de nuevo. Él se sentó en un viejo banco al otro lado de la avenida, esperando a que la fiesta acabara, y Grace saliera del boulevard.

KFU

19.12.10

The fire or the flame.



He empezado a correr sin rumbo tan pronto como mis pies han tocado el suelo.

El tiempo se va, sin ir a ninguna parte. Hablamos de matar el tiempo. Como si no fuese él quien nos mata a nosotros. Como el murmullo desesperado del latido de un corazón, o como el retroceso de un arma impactándonos sobre el pecho. ¿Todavía escuchas a los pájaros cantar?.

El batir de unas dulces alas que envenenan el aire, y aun así, completamente indefenso e hipnotizado, contemplas el viento tornarse lila y gris. ¿Todavía sientes?, ¿todavía guardas algo dentro de esa piedra que escondes en el pecho?. Miles de preguntas que nublan mi mente. ¿Por qué yo no soy así?. Por qué yo no venero a nadie, por qué no espero a nadie, por qué no temo a nadie, y por qué no siento a nadie.

Mientras malgastáis la vida arrodillandoos ante un altar de plata y una corona de oro, y un cuadro de un mártir al que le arrancan la piel. Y rendís culto a un muerto, sin saber, admitir o aceptar que lo único importante de un presente que se desgasta segundo a segundo, es el tiempo que se pierde. ¿Alguna vez has pensado por qué se muere?. No lloro a un maniquí envuelto en maravillas para ser inmortal. No lloro a un tallado en madera para vivir más. Porque no morimos por estar enfermos. Morimos porque estamos vivos.

Porque el lugar donde os resguardáis y enterráis vuestros pecados, está construido por la madera que mejor arde.

Y será un bravo lucero que torne de ámbar el cielo, en la noche de Navidad.

KFU

8.12.10

My Disaster.



A lo que un día quise;

No sé por qué. Ni me importa. Mataré tu existencia en mi conciencia para que no vuelvas más.
Nunca fue mi estilo subirme encima de quien se ha caído, para parecer más alto. Pero tú no te has caído. Ahora de rodillas en un suelo de frío mármol me miras con rabia y miedo a su vez. No te has caído. Te he tirado. Repasando los besos que no me diste, los abrazos que quedé esperando, las sonrisas que me prometiste. El cariño que juraste que tenías guardado. No podía ser menos cierto.
Y todo esto, qué, ¿pesa sobre tu frágil espalda?.

Yo no puedo hacer nada más que sonreír y evitar mostrar qué soy, y en qué me has convertido. Y marchar con orgullo ante tus ojos y crecerme al oírte maldecirme. Críticas con veneno resbalan en mis oídos. No me dueles. No me quemas. No me destroza verte caminar y sonreír. Porque no eres nada. Y ahora, púdrete, junto a mis malditos y despedazados recuerdos.

KFU

6.12.10

I tried to be perfect... Like Wind.



No quiero pensar.
No quiero preguntas. No quiero respuestas. No quiero saber, ni conocer.
No lo necesito. No quiero ser. Ni quiero estar.
No quiero buscar soluciones, ni quiero crear problemas.
No quiero depender de nadie para ser feliz.
No quiero ser feliz.
Quiero ser aire.
Quiero ser libre.
Y pienso. Y miento.
Quiero que tus besos cosan mis labios y me impidan hablar.
Quiero que mis gritos ahogados me impidan oír mis pensamientos.
Quiero ser incapaz de todo. No ser capaz de nada.
Que nadie me quiera.
Que nadie me necesite.
Volveré a aprender a estar sola.
Y a llorar sin por qué. Y a reír mientras canto la más triste de las historias.
Y a susurrarle al viento que amo la forma en que transporta la lluvia.
Y que vivo para ver cómo el sol ilumina poco a poco las verdes hojas del viejo galán.
El perfume del jazmín.
El carmesí de las rosas.
El silencio del bosque.
...

Quiero ser silencio.
Y que nadie me rompa.

KFU

5.12.10

Night falls 5



La mujer hablaba en un tono dulce y pausado, mirando de reojo y dedicando ligeras sonrisas. Ella la miraba desde la profundidad de sus ojos azules, y observaba la iluminación de las velas bailar sobre su pelo, mientras ella le contaba una historia. La mujer que le hablaba con aires de juventud, le doblaba la edad. Su pelo dorado destellaba al reflejo de la tenue luz, y sus ojos azules reflejaban calma. Cualquiera diría que estaba relatando su propia historia.
Pero la niña de su narración tenía los ojos verdes.

"Una, tan callada y tímida, siempre observando a la gente y con una gran sonrisa pocas veces vista, trazando las líneas de las baldosas con la mirada mientras sus pantalones oscuros se deslizaban por las viejas tablas y, de repente, se sentaba en un taburete a contemplar a su hermana. Otra, siempre alegre y llena de vitalidad, bailando al compás de la música de una radio antigua y moviendo su falda de colores hacia todos los lados posibles, siendo sin quererlo el alma de la fiesta. Tan diferentes que no podían vivir la una sin la otra. Polos completamente opuestos, atrayéndose entre sí, y creando las mejores amigas, además de las mejores hermanas. Siempre dispuestas a ayudarse y contemplarse con asombro y dulzura. Joder, nena, ¡si hasta físicamente eran completamente distintas!. Pero siempre estaban juntas. Siempre. Y su madre las observaba jugar, e ir caminando de la mano a dondequiera que fueran. Y las echaba de menos cada vez que salían por esa puerta. Y lloraba por dentro cuando las veía volver."

La chica miró sorprendida a la mujer rubia. Numerosos recuerdos prácticamente volátiles asomaron por su mente. Una memoria destrozada de las manos de una niña encharcadas en sangre, barro y lluvia. Miró caer el agua por la ventana de la vieja taberna.

"Hasta que salieron a jugar en la lluvia, nena. Salieron a jugar en la lluvia y sólo una regresó. Con la mirada perdida y amargas lágrimas resbalándole por la cara. Con barro en el cuerpo y sangre en las manos. Abrió las puertas mientras a su espalda relampagueaban los rayos. Toda la gente de la taberna la miró, ella no dijo ni una palabra. Me miró. "Yo no he sido, mamá." Y se dió la vuelta mientras llovía. Y cogió el camino hacia las afueras, meciéndose con el viento, sin dirección alguna. Yo no reaccioné hasta que ya era demasiado tarde. Mi pequeña había desaparecido en la noche. Y nunca volvió."

-Lo siento, mamá.

KFU

2.12.10

Broken glass.



Ella despertó sobresaltada por un crujir de cristales, mas su único movimiento fue abrir los ojos. Entonces sonrió. "Nina, pequeña, ¿qué te pasa?". Nina la observaba desde la otra esquina de la habitación abrazando a un osito de peluche, con los ojos encharcados y las manos y los pies ensangrentados. "Me he cortado".

Nina se había dedicado a destrozar su habitación durante la noche. Había volcado cajones y despedazado espejos, y había llorado, y gritado, pero ella dormía profundamente. Nina odiaba que fuera tan difícil despertarla. Necesitaba hablar con ella, pero no se atrevía a tocarla por si desaparecía. Las manos malditas de una niña maldita. Nina pensaba que el decir de la gente era sabio, y por más que ella le repitiera que nunca iba a dejarla sola, nunca se atrevió a rozarla.

Ella se irguió en la cama y apoyó la espalda contra el cabecero. Se quedó mirando las pisadas de sangre que Nina había dejado en el suelo. Se levantó y barrió los cristales rotos, se quedó quieta ante tal inmenso desorden. Se sentó en la colcha y golpeó la cama con la mano suavemente, mirando a Nina. Nina sonrió y corrió a sentarse donde ella le indicaba. "Te curaré esas heridas".

-Oye...-dijo Nina- ¿No llegas tarde a ningún sitio?
Ella la miró y sonrió. En cinco minutos cogería su gabardina negra y su rosa y se encaminaría al cementerio. Para dejar la flor en el lugar adecuado a las once menos diez.

KFU


1.12.10

A&E. Pensamientos.





Emma paseó la mirada por su habitación y la dejó descansar sobre la ventana. Vio el mar.
Maldita Alex y su estúpida manera de hacer las cosas. Dejó apoyada la cabeza contra la pared y fijó la vista en el techo. Irremediablemente, pensaba en ella. Maldita felicidad anhelada. Malditas ganas de correr hacia ella y obligarla a decirle que todo aquello fue un sueño. Emma buscaba en el techo algún consuelo, o quizás solo un pasatiempo que le permitiera olvidar por un momento. Sonreír.

Alex pensaba en levantarse de la cama e ir a su cita con el Sr. Anders, un hombre algo mayor que ella y atractivo en todos sus aspectos. Se sentó en la cama y fijó la vista en la ventana. Recordó a Emma caminar dándole la espalda. En un arrebato de rebeldía, sacudió la cabeza y encerró a Emma en lo más profundo de ella misma. Desayunó, a pesar de que estaba ya bien entrada la tarde, se duchó y volvió a meterse en la cama. "No tengo ganas de ver a ese idiota".

El Sr. Anders esperaba paciente en la cafetería de un gran edificio, sentado en una esquina muy discreta del bar y leyendo un artículo sobre antiguas películas. Miró el reloj. Había quedado con Alex en verse a las 2.00. Eran las 2.01, sabía que ya no iba a aparecer. "Chica desconfiada."

KFU

Asco de vida!