...

White·Devil: No entiendo a mis contemporáneos. No entiendo a mis semejantes...

31.10.10

Primer intento.



"Max, descifra palabras y dibuja sentimientos empapados en el canto de un papel."

Max abrió los ojos sobresaltado. El olor a azufre se hacía más fuerte. Se encendió una luz que le cegó por unos instantes y apareció un hombre robusto en la puerta, mirándole con aires de superioridad a la vez que pánico mal disimulado. Max le observaba sin inmutarse y le dedicó una sarcástica sonrisa. El hombre abrió los ojos de par en par y temblando retrocedió hasta tropezar con un escalón y caer al suelo. La sonrisa de Max se hizo más amplia y sombría. El hombre palpó el suelo con las manos y retrocedió arrastrándose hasta ponerse en pie y desaparecer corriendo al doblar la esquina. Dejando la puerta abierta. Max, asombrado por lo que acababa de ocurrir, intentó deshacerse de las cadenas que le aprisionaban todavía, sin éxito alguno. Empezó a sentir cómo la fuerza volvía a él y en un arrebato de rabia arrancó los aceros del techo, dejando así un brazo libre. Apunto estaba de hacerlo con las demás cadenas cuando un hombre con una máscara se acercó caminando por el pasillo. Max se relamió los labios. "Otra vez será", pensó, mientras dejaba de intentar escapar y con una gran sonrisa en los labios dejaba que el hombre que se acercaba le inyectase un calmante.

KFU

24.10.10

Criatures from Underground IV



"¿Por qué los sueños se hacen realidad y después se van?"
Ella meditaba a las puertas de lo que le pareció el infierno. Indecisa pero segura de lo que debía hacer, temiéndolo o no, se adentró en las entrañas de la oscuridad que vestía las escaleras.

En Namira, la anciana namur le cedió la palabra al habitante de la luz que traían consigo encadenado las demás mujeres.

"No quiero haceros daño. El pasado es el tormento de descarrilados corazones que ya no tienen a dónde ir, y ¿qué ganaría yo arrastrando a buenos... seres, hacia la oscuridad de mi alma? Si bien, lo que siempre he querido hacer ha sido ganarme el aprecio de alguien que me ayude a discernir y a terminar con mis años de tortura y calvario. Permítanme ser uno más de vosotros."

La anciana le miró con aire compasivo, preguntándose qué penas le habrían desatado de una vida arriba, de una familia, o de algunos amigos. Por qué no tenía nada por lo que volver a salir. Se reunió con las demás mujeres y en unos momentos de pensar y discutir, a favor de algunas y en contra de muchas otras, se decidió dejarle estar en un periodo de prueba, un periodo en el que nadie podría hablar con él que contarían cincuenta días. Un periodo en el que él habría de descubrir qué era Namira y cuáles eran sus costumbres. Un periodo para cumplir un sólo objetivo, ganarse el aprecio de un pueblo arrojando luz sobre su oscuridad.

KFU

21.10.10

Y unos ojos de mujer donde poder pedir asilo.


Al llegar a la callejuela vi ensombrecerse las paredes y cambiar el color, para deslumbrar seguidamente con colores vivos y alegres. Las luces comenzaron a parpadear y encenderse poco a poco, y las sombras crecieron, dibujando la silueta de personas elegantes. Vi cambiar los escaparates, y comencé a oír la música que sonaba a lo lejos, cada vez más fuerte. Me adentré en High Street.

Las mujeres agitaban sus vestidos de charlestón al ritmo del viento de la madrugada, mientras los hombres con sombrero y paraguas les tendían la mano enfundadas en blancos guantes. Una carroza negra arrastrada por blancos caballos pasó a mi lado. No vi más que una mano apartando una cortina granate y unos ojos grises mirarme.

Caminé sin rumbo admirando cada detalle de algo tan maravilloso que a la mañana desaparecería. Tanta magia en el aire y un sonido tan melódico retumbando en las entrañas de algún viejo bar, mientras buscaba unos ojos de mujer donde poder pedir asilo. Cuando llegué a un lugar atrayente, cuyas puertas plateadas y cortinas moradas me invitaban a pasar. Entre la bruma vi aparcada la carroza negra. Boulevard de High Street.

Abrí las cortinas y comenzó el show. Mientras caminaba hacia una esquina a observar el ambiente, noté cómo unos ojos me acariciaban la espalda.

KFU

20.10.10

Recuerdos III


Te invitaré a un té y unas pastas, y te enseñaré mis álbumes de fotos y mis cuentos de hadas. Te regalaré la mayor de mis sonrisas empapa en el perfume que dejó mi antigua compañera en tu cama. Mi dulce Soledad, cuán buena amante fuiste. Me tumbaré en el sofá del salón y te veré acercarte por el pasillo, alejándote de la luz y adentrándote en la oscuridad de mis deseos a medida que tus prendas de seda y encajes que sólo hacen volverme loco, caen al suelo. Y te abrazaré fuerte la cintura. Haré un nudo con nuestros brazos y jamás te dejaré volver a alejarte de mi. Y besaré tu cuerpo suave y caliente, y tú me agarrarás la cara, me mirarás fijamente con esos ojos tan inquietantes que cortan la respiración con una mirada, y sonreirás. Me acariciarás y despeinarás el pelo, y me besarás como antaño hiciste. Y yo lloraré por dentro y te agarraré la mano mientras hago realidad todos los sueños que he tenido desde que te fuiste. Entonces llegará el momento final en el que tú y yo nos tocamos, que me acercas la mano y yo voy a su encuentro, y que al siquiera rozarla, la electricidad de tu sombra me rechazará, y tú te irás despacio por un camino que hasta entonces no existía, sin siquiera mover los pies. Y yo correré tras de ti como nunca lo hice. Pero tu espejismo será más rápido, como tantas otras noches.

Y despertaré empapado en sudor y lágrimas como cada mañana. Y tú no estarás a mi lado para calmar mis ansias y acuchillar mis males de amor. No estarás ahí para cantarme una nana ni para abrazarme. Yo sin embargo seguiré acostándome cada día esperando volver a verte acercarte por el estrecho pasillo y ver precipitarse tu ropa al suelo.

Quizás un día sea real.

KFU

18.10.10

Night falls 4


"Cuánto duele sentir que uno está perdido." Dijo, agarrando un taburete y sentándose enfrente de la otra muchacha que guardaba la taberna. "Siento el destrozo". La lluvia volvió a golpear con fuerza los cristales y las pisadas de los hombres aún hacían eco en la noche. Como si de un sueño se tratara, la chica que había huído bajo la lluvia, sintió cómo en un deja vú la mujer rubia que ahora se encaminaba hacia la barra, le arropaba con una manta de terciopelo y le besaba la mejilla. En su lugar, puso a hervir agua y desapareció por la puerta de la despensa.

Tiritando, la chica intentó visualizar el recorrido que había hecho y dónde se encontraría ahora mismo. La cantidad de machistas psicóticos que la seguían y la probabilidad de que la encontrasen. Aun en la lejanía oía retumbar sus pasos. Se detuvieron en seco sus pensamientos cuando sobre ella cayó una manta de terciopelo y un beso en la mejilla. La mujer rubia, que ahora estaba más cerca a ella, tenía unos ojos azules y profundos. Le dio un tazón de té con su mejor sonrisa y acercó la silla. Esperó paciente a que entrara en calor y entonces habló.

"Había una vez, una niña con el pelo color azabache y unos ojos del azul del mar. Hubo, a su vez, una niña con el pelo dorado como el sol y los ojos del color del bosque. Ambas corrían una detrás de otra en esta taberna..."

KFU

17.10.10

El lamento de la soledad.



La soledad me consume. El silencio que hoy nos separa creando un gran abismo puede ser el que mañana nos una, o nos aleje aún más. Una sombra, un silencio, o un susurro, yo necesito ahora sentir calor a mi lado. Abandoné mi tierra y hoy me arrepiento aunque de ello estoy orgullosa, a veces sobran las palabras, y nadie está ahí para, simplemente, ayudar. Dame un minuto y te entregaré mi alma, léeme, escucha, infravalora mis opiniones, aspectos y pensamientos, que aun así les darás demasiada importancia. Mis palabras hoy se las llevará la dulce brisa del río mientras mi alma sucumbirá a las tentaciones de las olas y la luna. Volveré. Simplemente, ya no voy a irme. Realmente nunca lo he hecho, aun necesitando olvidar. En un sólo segundo y con sólo una sonrisa tatuaré en tu alma cuánto bien necesita alguien para ser feliz, y con qué poco es posible conseguirlo. Y, lamentablemente, por el bien, o el mal, que agrade o endurezca a base de golpes este corazón, nadie que haya sido suficientemente importante para yo necesitar constantemente a mi lado, ha tenido la suerte de poder disfrutar de momentos realmente maravillosos conmigo, porque tengo el don y la facilidad de enfermar la paciencia y el cariño de quien quiere permanecer a mi alrededor, y me empeño en sucumbir a mi condena, arrastrando así a los míos hacia mi horrible futuro. Quizás la solución sea esperar pacientemente en el lugar destinado a una vida tan ahogada. Y si en las noches me acompaña el frío abrigarme de soledad. Esperar a que la tinta con la que dibujaré palabras fácilmente olvidables, evapore mi alma en un intento por alguna vez haber querido ser libre. Y en efecto, sola. Merecidamente sola.

KFU

6.10.10

Ella.



Ella.
Ella va y viene. Enfundada en su negra gabardina y paseando por las calles desiertas. Llorando y en su mano una rosa. Guantes de seda blanca y una estrella tatuada en el tobillo. Camina descalza, sin dejar pisadas, ni huellas. Sin embargo no se oculta y se deja ver. Pasea temblorosa pero segura las aceras de las manzanas, y cruza las calles haciendo diagonales en las esquinas. Mirando al suelo. Y luego abre las puertas de hierro, dejando ver reflejado el acero en sus pupilas. Abre la mente, cierra los ojos, y juega a caminar por aquel laberinto a ciegas. Dobla esquinas y tienta paredes. A veces choca, y llora, mientras ríe, y agarra fuerte la rosa. Si bien sabe el camino a la perfección de la costumbre. Las medidas de los pasillos y a la altura a la que hacen esquina. Siempre llega al mismo lugar y vuelve con las manos vacías. Dejando la rosa en la tumba sin nombre, abandona el cementerio.

KFU

2.10.10

Crying words.



Hoy las palabras huyen de mí, y por ganas que tengo de desahogar el sufrimiento, sé que no podré. Toca doler. Toca envidiar a la gente al ver sonreír. Y pensar en el tiempo en el que fui feliz, y el momento que todo acabó. No por siempre, ahora sí. Queda esperar que vuelvan las palabras a mí. Y buscar entre el jardín un recuerdo de ayer. Si pudiera una vez más verte sonreír, o mirarte en la ventana mientras marcha el tren. Si un solo suspiro fuera para mí, y me acompañase, cuando no va bien, cuando mis puertas arañas, noche gris, y tu brisa helada sólo aporta hiel. Un vano recuerdo aún permanente, desgarre mis miedos y viva en mi mente, hasta que aquel, amor que tanto me ha dado, rompa cadenas y duerma a mi lado.

KFU

Asco de vida!